La megabrecha

La megabrecha cercana a Belchite y Herrera de los Navarros

En la literatura sobre impactos, el término megabrecha se utiliza para designar extensos depósitos de brechas con clastos de gran tamaño. Han sido descritas megabrechas en otras estructuras de impacto, como por ejemplo: Wells Creek, Steinheim basin, Gosses Bluff, Wetumpka, etc. A la megabrecha gigante de Alamo también se le atribuye un orígen por impacto, aunque en este caso aun no ha sido identificado el cráter relacionado.

En la zona de la estructura de Azuara la megabrecha a la cual aludimos se halla expuesta cercana a Belchite/Almonacid de la Cuba y Herrera de los Navarros en la región del anillo externo formado por materiales del Mesozoico (fig. 1). La extensión del depósito es de algunos km2, su espesor de más de 80 m y el tamaño máximo de algunos de sus componentes de alrededor de 20 m. (Fig. 2, 3, 4, 5).

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Fig.1. Esquema simplificado de la estructura de impacto de Azuara con la localización de la megabrecha cercana a Belchite, Herrera de los Navarros, y depósitos de la Fm. Cortes de Tajuña estudiados en el área de Azuara. 1 = Megabrecha; 2 = Fm. Cortes de Tajuña; 3 = Paleozoico; 4 = Mesozoico; 5 = Cenozoico.

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Fig. 2. Aspecto típico de la megabrecha cercana a Almonacid de la Cuba y Belchite. La megabrecha da lugar a un paisaje extraño que se caracteriza por una superfície lisa, con montecillos, carente de vegetación y con grandes megabloques brechados que emergen del suelo (p.e., en la zona central de la imagen).

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Fig. 3. Aspecto típico de la megabrecha cercana a Belchite (Fotografía  cortesía de Tanja Katschorek).

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Figs. 4. Megaclastos de 10 a 20 m de tamaño presentes en la megabrecha cercana a Almonacid de la Cuba (fotografías realizadas por J. Fiebag).

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Fig. 5. Megaclastos expuestos por la antigua via de tren que corta la megabrecha cercana a Belchite. En el megaclasto situado en el lado izquierdo, la estratificación ha pasado completamente a una brechificación homogénea de tipo gries.

Desde el punto de vista litológico se trata de una brecha polimíctica, con clastos de litología carbonatada como componentes mayoritarios (aunque pueden observarse en ocasiones clastos de pizarras rojas (provinentes posiblemente del Eoceno)). Se observan, también, diques polimícticos – de color pardo rojizo – atravesando estos materiales, así como brechas dentro de brechas (ver fig. 6) y textura tipo mortar. Observaciones microscópicas de la matriz de grano fino permiten identificar una textura de flujo cataclástica (ver Fig. 7).

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Fig. 6. Aspecto polimíctico de la megabrecha; trinchera en la antigua via del tren cerca de Belchite

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Fig. 7. Textura cataclástica de flujo presente en la matriz de la megabrecha. Fotomicrografía (por J. Fiebag) realizada a luz paralela y a nícoles cruzados (a la derecha); la anchura del campo es de 600 µm.

Estratigráficamente estos depósitos se hallan intercalados entre materiales triásicos y jurásicos (ver fig. 8 y 9).

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Fig. 8. Esquema donde puede observarse la ubicación de los materiales que conforman la megabrecha, reproducido de la fig. 13 del trabajo de Ernstson y Fiebag (1992).

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Fig. 9.  Corte geológico de la megabrecha (nombres en la parte inferior) en el cual se muestra la interpretación del mismo por los no impactistas (nombres en la parte superior; reelaborado y traducido a partir del expuesto en Cortés y Martínez (1999, fig. 3)).

De acuerdo con las hipótesis no impactistas (Aurell et al., 1992; Aurell et al., 1993; Aurell, 1994; Cortés, 1994), esta megabrecha correspondería a la bien conocida – en el sistema Ibérico – Fm. Cortes de Tajuña (Goy et al., 1976), de edad Triásica superior (Rhetiense) – Jurásica inferior. Dicha Fm. se hallaría estratificada entre las calizas de la Fm Imón (Triásico superior (Rhetiense)) y la Fm. Cuevas Labradas (Jurásico inferior (Hettangiense superior-Sinemuriense-Pliensbachiense inferior); ver fig. 4). Su origen se puede explicar por tres modelos (Giner, 1978; Salas, 1986; San Román y Aurell, 1992):

a. Por origen sedimentario ligado a la erosión de bloques levantados en el margen de cuenca (brechas sinsedimentarias)

b. Por disolución de capas de evaporitas intercaladas entre los niveles carbonatados (brechas de colapso)

c. Por la actuación simultánea de procesos de disolución de evaporitas, resedimentación de materiales (da lugar a la brechificación) y colapso de materiales carbonatados, que tienen lugar en un sistema de pendientes inestables.

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Fig. 10: Situación estratigráfica de la Fm. Cortes de Tajuña y de la megabrecha. La columna estratigráfica ha sido reelaborada a partir de la de Aurell et al. (2001).

La Fm. Cortes de Tajuña puede ser observada en diversas localidades (ver p.e. fotografías 6, 7) y ha sido investigada por nosotros en detalle en las localidades de Moneva y Blesa (ver fotografias 8 – 13, y fig. 1), ubicadas dentro de la estructura de Azuara. En ninguna de las localidades estudiadas ha podido apreciarse un carácter polimíctico en las brechas de la Fm Cortes de Tajuña, ni bloques de dimensiones próximas o superiores a 10 m., ni diques de brechas similares a los de Belchite (únicamente fenómenos cársticos recientes como los de Blesa), ni estructuras cataclásticas de flujo en la matriz que rodea a los clastos.

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Fig. 11. Aspecto del equivalente a la Fm. Cortes de Tajuña en la cordillera Bética. Carretera entre Granada-Alcaudete (N-432).

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Fig. 12. La Fm. Cortes de Tajuña; afloramiento situado 24 Km al suroeste de Molina de Aragón (Provincia de Guadalajara).

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Fig. 13. La Fm Cortes de Tajuña en la zona de Blesa; estructura de impacto de Azuara (ver localización en la Fig. 1).

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Fig. 14. La Fm. Cortes de Tajuña en Moneva; estructura de impacto de Azuara (ver localización en la Fig. 1).

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Fig. 15. Aspecto de la Fm. Cortes de tajuña en Moneva. En la zona central de la fotografía puede apreciarse una brechificación en la que los clastos no superan nunca los 2 m de diámetro.

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Fig. 16. Aspecto de la Fm Cortes de Tajuña en Moneva. Observese el típico aspecto que las oquedades dan a las carniolas. Una estratificación débilmente marcada puede también apreciarse en algunas zonas. En la parte inferior izquierda aparece una zona brechificada en la que los clastos no superan los 2 m. de diámetro.

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Fig. 17. Aspecto de la Fm. Cortes de Tajuña en Moneva. En la parte inferior central pueden observarse las oquedades típicas de las carniolas y un collapso en la Fm. Cortes de Tajuña.

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Fig. 18. Detalle de una zona de colapso de la Fm. Cortes de Tajuña en Moneva. En la zona brechificada los componentes nunca superan los 2 m. de diámetro. Puede apreciarse, además, que no se hallan rodeados por ninguna costra carbonatada (de modo similar a los afloramientos visitados).

En la hipótesis impactista, esta megabrecha se habría generado durante el estadio de modificación del proceso de craterización por impacto por la acción simultánea de procesos de flujo de excavación y colapso/rebote (Fiebag, 1988; Katschorek, 1990; Ernstson & Fiebag, 1992 ), (fig. 5). Debido a esta acción simultánea se produce un movimiento relativo entre las capas estratiformes adyacentes que da lugar a una brechificación interna (de la cual sería testigo la textura fluidal cataclástica presente en la matriz). Existe una explicación plausible para que la megabrecha no este presente en toda la zona del anillo externo y que se concentre tan sólo en las capas de Carniolas y calizas del Jurásico: las calizas brechadas se hallan depositadas sobre el techo de las margas del Keuper que, aparte del Terciario inferior, constituyen la única unidad incompetente de un cierto espesor (50-200 m) en la estratigrafía de Azuara. Estos materiales podrían haber actuado como un lubricante.

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Fig.19. Esquema explicativo del desarrollo y formación de la megabrecha en el marco del estadio de modificación de la craterización por impacto (Ernstson et al, 2001).

De acuerdo con lo expuesto, ningún investigador de la hipótesis impactista pone en duda la existencia de la Fm. Cortes de Tajuña, extendida y presente a lo largo de todo el Sistema Ibérico. Tampoco se pone en duda su origen. Si se cuestiona, en cambio, que en las zonas cercanas a Belchite y Almonacid de la Cuba y Herrera de los Navarros, el nivel de megabrechas corresponda a la Fm. Cortes de Tajuña. Esta observación, por ejemplo, se hace más patente al mirar las capas del Liásico, un nivel estratigráficamente posterior y cuyas capas también se ven afectadas por la megabrechificación (ver fig.4). Esta circunstáncia ha sido siempre mencionada por Fiebag (1988), Katschorek (1990), y Ernstson & Fiebag (1992) pero siempre negada por los defensores de la hipótesis no impactista. Si esta formación se hallaba presente en esta zona, se vió posteriormente afectada por el impacto y transformada en lo que hoy es la megabrecha. Como es fácilmente deducible, la edad de la megabrecha debería concordar con la del impacto y por tanto este nivel se habría generado durante el eoceno sup.-oligoceno.

Bibliografía citada:

Aurell, M., Gonzalez, A., Perez, A., Guimerá, J., Casas, A. y Salas, R (1993): Discusión of „The Azuara impact structure (Spain): New insights from geophysical and geological investigations„ by K. Ernstson and J. Fiebag. Geol. Rundsch. 82, 750-755.

Aurell, M., Meléndez, A., San Roman, J., Guimera, A., Roca, E., Salas, R., Alonso, A. y Mas, R (1992): Tectónica sinsedimentaria distensiva en el límite Triásico-Jurásico en la Cordillera Ibérica. Actas III Cong. Geol. Esp. 1, 50-54.

Aurell, M. (1994): Discusión sobre algunas de las evidencias presentadas a favor del impacto meteorítico de Azuara, en „Extinción y Registro Fósil„ Cuadernos interdisciplinares nº 5 del Seminario Interdisciplinar de la Universidad de Zaragoza. Pags. 59-74.

Aurell, M., Bádenas, B., Casas, A. y Alberto, S. (2001): La geología del parque cultural del Río Martín. Edit Asociación Parque Cultural del Río martín: Zaragoza. 171 pp.

Cortes, A.L. (1994): Geometría y cinemática de las estructuras alpinas en el sector Cariñena-Belchite (Borde norte de la Cordillera Ibérica). Tesis de Licenciatura, Universidad de Zaragoza, 171 pp.

Cortés, A.L. y Martínez, B. (1999): Controversia científica para el aula: ¿ Tiene la cubeta de Azuara un origen extraterrestre?. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 7.2, 143-157.

Ernstson, K., Claudin, F. & Rampino, M. (2001): A fieldguide to the Azuara impact structure (and its Rubielos de la Cérida companion crater). Impact workshop on „Impact Markers in the Stratigraphic Record„ Granada (Spain). Stop nº 5.

Giner, J. (1978): Origen y significado de las brechas del Lías de la Mesa de Prades (Tarragona). Estud. Geol. 34, 529-533.

Goy, A., Gomez, J.J.y Yebenes, A. (1976): El Jurásico de la Cordillera Ibérica (mitad norte): unidades litoestratigráficas. Estud. Geolo. 32, 391-423.

Salas, R (1986): El cicle Juràssic al marge oriental d’Ibèria, en „Història Natural dels Països Catalans, Geologia I„, edit Enciclopedia Catalana: Barcelona, 292-306.